EL GIGANTE DE BIARRITZ
En aquel bosque lleno de árboles y poca luminosidad se escondía el pasado trágico de un gigante del pueblo de Biarritz.
En aquel bosque vivía el gigante Adison, que tuvo que abandonar el pueblo por los reproches del cura, su familia y el pueblo entero. Cuando nació, ya se veía que era feo, grande y tenía tres piernas. Sus padres no le querían y le trataban como si fuera un animal. A medida que iba creciendo, sus rasgos cada vez eran más fuertes, llego a medir 3 metros.
En aquella época, la religión y el sacerdote tenían mucho poder sobre el pueblo y fue el cura el que empezó a tasmitir la sobrehumanidad de Adison. Todos los días, encima del altar, progonaba que Adison era el mal que había mandado el diablo al pueblo para deshacerse de todos. Los propios padres eran los que menos le querían y mintiéndole y diciendo que había una vida mehor en el bosque, le mandaron allí.
Pasaron los días y Adison no encontraba nada más que peligros en el bosque. Tuvo que hacer frente a los lobos, jabalís y demás animales con los que se encontraba. Después de matarles, los comía para sobrevivir. Al pasar un tiempo, los animales se dieron cuenta del peligro que había en esa zona y dejaron de aparecer por allí. Entonces Adison pensó que no tenía más remedio que enfrentarse contra frente el pueblo para quitarse el hambre que tenía y sobrevivir.
Es entonces cuando decidió bajar al pueblo y cuando le vieron, todos se asustaron de lo grande, fuerte y feo que estaba. Cogió a un de los niños que estaba jugando en el parque y corriendo desapareció hacia el bosque. Adison se lo comió.
El cura reunió al pueblo para deshacerse de Adison. Decidieron tenderle una tampa en el camino para, si volvía al pueblo, atraparle con un acuerda enlazada, así, cuando metiera el pie allí, se caería y podrían acabar con el.
Desde entonces, los mayores del pueblo dicen que no se acerquen por allí porque pueden aparecerse espíritus de Adison. En aquel lugar está construida una estatua donde pone la fecha de su muerte.
En aquel bosque vivía el gigante Adison, que tuvo que abandonar el pueblo por los reproches del cura, su familia y el pueblo entero. Cuando nació, ya se veía que era feo, grande y tenía tres piernas. Sus padres no le querían y le trataban como si fuera un animal. A medida que iba creciendo, sus rasgos cada vez eran más fuertes, llego a medir 3 metros.
En aquella época, la religión y el sacerdote tenían mucho poder sobre el pueblo y fue el cura el que empezó a tasmitir la sobrehumanidad de Adison. Todos los días, encima del altar, progonaba que Adison era el mal que había mandado el diablo al pueblo para deshacerse de todos. Los propios padres eran los que menos le querían y mintiéndole y diciendo que había una vida mehor en el bosque, le mandaron allí.
Pasaron los días y Adison no encontraba nada más que peligros en el bosque. Tuvo que hacer frente a los lobos, jabalís y demás animales con los que se encontraba. Después de matarles, los comía para sobrevivir. Al pasar un tiempo, los animales se dieron cuenta del peligro que había en esa zona y dejaron de aparecer por allí. Entonces Adison pensó que no tenía más remedio que enfrentarse contra frente el pueblo para quitarse el hambre que tenía y sobrevivir.
Es entonces cuando decidió bajar al pueblo y cuando le vieron, todos se asustaron de lo grande, fuerte y feo que estaba. Cogió a un de los niños que estaba jugando en el parque y corriendo desapareció hacia el bosque. Adison se lo comió.
El cura reunió al pueblo para deshacerse de Adison. Decidieron tenderle una tampa en el camino para, si volvía al pueblo, atraparle con un acuerda enlazada, así, cuando metiera el pie allí, se caería y podrían acabar con el.
Desde entonces, los mayores del pueblo dicen que no se acerquen por allí porque pueden aparecerse espíritus de Adison. En aquel lugar está construida una estatua donde pone la fecha de su muerte.